martes, 28 de agosto de 2012
sábado, 18 de agosto de 2012
Reflexión de cierre del curso Desarrollo del Pensamiento Crítico
En la institución
educativa donde trabajo se ha venido hablando mucho de la necesidad de
estimular el pensamiento crítico de los estudiantes. Hemos revisado los
programas y los abordajes pedagógicos que utilizamos, as fortalezas, y
necesidades de quienes ejercemos la docencia, e iniciado procesos de
sensibilización y capacitación al personal. Es por todo ello que inicié el
curso con mucho interés y expectativa sobre lo que podría aprender.
Con el desarrollo del curso confirmé
la impresión que ya tenía del papel de facilitación que el o la docente asume
en este tipo de abordaje pedagógico. También confirmé la importancia de
despertar en los ciclos formativos previos el sentido de la responsabilidad, el
estímulo de la curiosidad y el fortalecimiento de las competencias necesarias
para fomentar la autonomía en la educación y el aprendizaje para la vida y de
por vida.
En este proceso, la orientación y
retroalimentación tanto del o la docente, como de quienes lo comparten como estudiantes, sirve para crear un ambiente de
cooperación y sinergia para el crecimiento mutuo. Mas, de nuevo, es necesario
un cierto grado de madurez y práctica por parte del estudiantado, y de un pulso
fino por quienes lo gestionan, se deben cultivar, tanto en la enseñanza pre
universitaria, como en las carreras de docencia. De lo contrario podrían
presentarse aspectos culturales, y de conocimiento que presentan una barrera a
superar.
En el veloz mundo en el que nos
movemos, es sumamente valioso tener la posibilidad de hacer un alto y
reflexionar (primero a nivel personal, y después colectivamente), sobre lo que
una sabe, ha aprendido, cómo lo hizo (qué funcionó mejor y por qué), y a dónde
le gustaría llegar más allá de lo que ya adquirido. Mis responsabilidades
laborales incluyen, no solo la docencia sino también la supervisión y apoyo al
desarrollo profesional de otros docentes del área de inglés. El curso me ha
permitido confirmar algunos conceptos, descubrir nuevas ideas (o aristas de estas),
equivocarme en un entorno seguro desde donde levantarme con nuevas dimensiones
de mi misma y mis capacidades. Todo ello refleja los mismos procesos que mis
compañeros y compañeras docentes tienen que enfrentar, por lo que contribuye a
entender mejor los procesos y sus dificultades. Y como si fuera la crema del
pastel, adicionalmente obtuve ideas prácticas para la implementación de actividades en el aula, en beneficio de mis
estudiantes.
Al cierre del curso me siento
satisfecha de haberlo matriculado, y agradecida con los compañeros y la
profesora por haber creado un ambiente conducente al aprendizaje y la
colaboración, superando barreras tradicionales como la necesidad de verse cara
a cara con una persona para poder construir confianza y trabajar conjuntamente.
Como dije antes, el contenido fue importante, pero sin los medios adecuados,
pudiera haberse perdido su alto valor potencial. Si no lo está aun, me parece que el curso
debería incluirse en el programa de docencia a nivel de bachillerato porque (tal
como pudimos constatar con la lectura de los autores recomendados en la bibliografía
del curso y los encontrados en durante la recolección de información para las
asignaciones), aporta la profundización y expansión de las competencias clave
de los y las profesionales que se dedican a la
enseñanza en el siglo XXI.
martes, 14 de agosto de 2012
jueves, 9 de agosto de 2012
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