domingo, 27 de mayo de 2012

Cambia...todo cambia....


El presente artículo pretende encontrar las coincidencias existentes en  los argumentos esgrimidos por  Gardner en Las cinco mentes del futuro (2005);   Cheng en Post Industrial Workplace and Challenges to Education (2005);  Levy  y Murnane, en How computarized Work and Globalization Shape Human skill Demands (2007); y Suarez en Learning in the global Era: International Perspectives on Globalization and Education (2007),  respecto  a las competencias laborales del profesional del futuro,  para inferir sus posibles impactos sobre la propia práctica docente.  El uso de ejemplos concretos para ilustrar los puntos de vista propuestos tiene por objetivo aportar claridad y demostrar la viabilidad de estos. A pesar de tratarse tan solo de una mirada somera a un complejo tema, se espera estimular la imaginación y provocar una rica reflexión entre compañeros y compañeras de la maestría en Currículo y docencia universitaria.
            Tras leer los trabajos recomendados de los cuatro autores, una de las conclusiones más importantes a las cuáles se puede llegar es: un profesional exitoso será una persona capaz de administrar su propia carrera laboral y tomar los diversos pasos necesarios para mantener su actualización y relevancia (tanto en  aptitudes y capacidades como en valores), respecto al contexto laboral y sus tendencias.
            Ello implica una crucial variación en el abordaje de la formación para el trabajo, donde la oferta educativa se colocaría al servicio de los intereses del estudiantado, quien administrará su formación, las ramas de especialidad y la selección de los cursos de actualización, de acuerdo a las necesidades percibidas por este, en respuesta (o anticipo) de los cambios a los que aspira. De esta forma, la universidad deja de ser el referente por excelencia de la dirección en la cual formarse los y las profesionales, pasando en su lugar a jugar un rol de complemento y contrapeso  a las demandas del mercado y las empresas. Se trata de un papel vital, dada la limitada visión e interés particular de las empresas, que no necesariamente consideran el beneficio del país en su conjunto.
            El análisis que hace Chang (2007) de los retos a los que se enfrenta la educación en la era post industrial, evidencian el desfase en el cual se encuentra. Por su lado, Levy y Murnane (2007) también se refieren a dicho desfase, sobre todo ante cambios tecnológicos y tendencias globalizadoras que prevén la desaparición de muchos tipos de trabajos, tal y cómo los conocemos ahora. La internacionalidad de los autores no los hace menos relevantes para el contexto nacional, pues a nivel universitario, una visita a cualquier zona rural del país (por ejemplo Upala, o Guápiles), es suficiente para constatar que la escasa oferta de educación superior se centra en carreras sobresaturadas de profesionales, o irrelevantes para el desarrollo del a zona.
            Tal como Gardner y Suarez mencionan, es normal la tendencia de la humanidad a seguir sobre el mismo camino de lo largamente probado. Sin embargo, tanto el mismo Gardner como Chen, Levy y Murnane, nos muestran evidencias de lo ilógico de seguir empleando las mismas estrategias y mecanismos cuando los resultados son crecientemente deficientes y las exigencias del contexto han variado.
            En lo correspondiente, por ejemplo, a la enseñanza del inglés como segunda lengua, ello equivaldría a seguir priorizando la enseñanza de las reglas gramaticales y utilizando la repetición en la resolución de ejercicios cerrados y desconectados del referente natural del estudiante, a pesar de haber notado su deficiente capacidad de comunicación en un intercambio normal con alguien de habla inglesa. Por más que se haya perfeccionado la técnica de enseñanza de la gramática, ni los resultados, ni las necesidades comunicativas aconsejan mantener el tradicional tipo de abordaje, si se espera generar las competencias necesarias para comunicarse exitosamente en dicho idioma.
            Siguiendo el nuevo enfoque intimado por las reflexiones de los autores referenciados, se podría contemplar el siguiente escenario: Un estudiante siente la necesidad de mejorar su capacidad de comunicarse en el idioma inglés. Revisa la oferta académica de varios centros. Realiza un examen de ubicación en el cual se pone a prueba su dominio de la lengua, y sus competencias para la comprensión, el análisis y la producción de mensajes de corte informativo, argumentativo, y descriptivo. Vistos los resultados, el estudiante selecciona una de varias posibles combinaciones formativas (con diversos énfasis en el uso del idioma o en competencias de pensamiento crítico). Tras cumplir con los requisitos, el estudiante completa una prueba de dominio del idioma y competencia comunicativa para acreditar el nivel alcanzado. En el entretanto, puede a su vez haber complementado su formación con cursos virtuales en otras áreas de interés. Por ejemplo, en el caso de tratarse de alguien aspirando a la docencia, con alguna experiencia práctica en clases, podría optar por un menú de materias en el ámbito de la actualización en pedagogía. Al término del ciclo, al estudiante se le practicarían una serie de pruebas de desempeño docente que resultarían en la emisión de una credencial acorde con las capacidades demostradas.
            Al igual que no es posible detener súbitamente una gran masa, debido a su inercia, tampoco es posible implementar transformaciones masivas e inmediatas  en el sistema educativo. Sin embargo, y como parte de la complementariedad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, se pueden empezar a incorporar modificaciones estratégicas que, en el transcurso de un par de ciclos de enseñanza profesional, aceleren exponencialmente la tasa de cambio y adecuación a los nuevos retos laborales y de desarrollo de la sociedad. Las mismas aplicaciones tecnológicas, las presiones de un mundo globalizado y las insatisfacciones tanto por parte de estudiantes como de docentes y empleadores, pueden aprovecharse como un valioso acicate y guía orientadora del rumbo que debe tomar la formación profesional.
Referencias:
Cheng, K. (2007). The Postindustrial Workplace and Challenges to Education. Disponible en:  http://bb9.ulacit.ac.cr/webapps/portal/frameset.jsp?tab_tab_group_id=_2_1&url=%2Fwebapps%2Fblackboard%2Fexecute%2Flauncher%3Ftype%3DCourse%26id%3D_4354_1%26url%3D
Gardner, H. (2005). Las cinco mentes del futuro: Un ensayo educativo. México: Paidos. Disponible en: http://bb9.ulacit.ac.cr/webapps/portal/frameset.jsp?tab_tab_group_id=_2_1&url=%2Fwebapps%2Fblackboard%2Fexecute%2Flauncher%3Ftype%3DCourse%26id%3D_4354_1%26url%3D
Levy, F. y Murnane, R. (2007). How computerized work and globalization shape human skill demands. Disponible en. http://bb9.ulacit.ac.cr/webapps/portal/frameset.jsp?tab_tab_group_id=_2_1&url=%2Fwebapps%2Fblackboard%2Fexecute%2Flauncher%3Ftype%3DCourse%26id%3D_4354_1%26url%3D
Suarez, M, (2007) Learning in the global era: International perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA: University of California Press. Disponible en: http://bb9.ulacit.ac.cr/webapps/portal/frameset.jsp?tab_tab_group_id=_2_1&url=%2Fwebapps%2Fblackboard%2Fexecute%2Flauncher%3Ftype%3DCourse%26id%3D_4354_1%26url%3D

Sobre el método y las metas:



"El contenido de este curso requiere de ciertos conocimientos previos y no me puedo devolver, así es que vean ustedes que hacen"

                Una expresión como la arriba consignada, en labios de un docente, muestra su falta de profesionalismo.  Se trata de alguien que ignora cómo el abordaje pedagógico y las metas de comprensión (conocimientos + competencias) son componentes de un ciclo interdependiente.
                Tampoco entiende que la “pureza” del método debe estar al servicio de los propósitos formativos, siempre y cuando estos busquen el integral crecimiento, intelectual y personal,  de los y las estudiantes.
                Colocar al estudiante en el centro del proceso formativo, como proponen las más recientes teorías del aprendizaje, demanda una respuesta sensible a las necesidades de este. “Devolverse” para cubrir algún contenido previo, o no, debería ser una decisión tomada tras ponderar una serie de variables. Por ejemplo, ¿qué tan extenso es el contenido? ¿Cuán importante para lo que se verá? ¿Permite su complejidad el estudio independiente por parte del alumnado? ¿Existe responsabilidad de la institución educativa respecto a la omisión? ¿Son muchos los estudiantes carentes de los contenidos? 
                En fin, en docencia, al igual que en otros aspectos de la vida, es preciso encontrar un equilibrio entre la estructura, la creatividad, y el agudo sentido de lo más beneficioso para el estudiantado, razón de ser de nuestro quehacer. En dicha ecuación, quienes ejercen la profesión no pueden olvidar su esencia de servicio.

sábado, 19 de mayo de 2012

Enseñar, aprender, vivir… un bucle sin fin


 
            Empapado en la urdimbre de la enseñanza, y en la esencia de quienes se dedican a ella, se encuentra el hábito de inquirir. Los y las docentes apasionados por la vida y la aventura del saber, nos cuestionamos el propósito de la formación humana; los abordajes más apropiados para conseguir los resultados propuestos; lo que hay más allá del horizonte alcanzado, y cuáles podrían ser las nuevas y mejores formas de ir un paso más allá de este.
      Hay quienes opinan que enseñamos como aprendimos. Pienso es verdad, hasta cierto punto. También tratamos de abordar el aprendizaje evitando las metodologías que en nuestra experiencia como estudiantes, encontramos menos satisfactorias. Entonces, nuestras preferencias personales, ya sea favorezcan lo cenestésico, oral, visual, u otro de los diversos acercamientos pedagógicos conocidos, influencian también nuestra didáctica.
            He visto profesionales que en su vida personal siguen patrones repetitivos, y en sus prácticas docentes se refleja la misma monotonía. De igual forma, conozco docentes eclécticos y curiosos. Su estilo de enseñanza es parecido, altamente creativo, pero frecuentemente desorganizado. También se de quienes se encuentran ejerciendo la docencia por motivos estrictamente de supervivencia económica, y posiblemente serían mejores en otros desempeños. Afortunadamente, conocí a otros cuya dedicación y conocimiento les hicieron referente de generaciones. Sin embargo, y más allá de estas y otras diferencias, la verdad es que todos y todas tenemos experiencias potencialmente  valiosas para mejorar los procesos formativos de nuestra ciudadanía.
            Costa Rica cuenta con una rica experiencia, acumulada a lo largo de su tradición educativa. Esa valiosa información anda perdida entre la dispersión de enfoques e intereses, la sobrecarga académica, la burocracia administrativa, y la falta de confianza o medios para hacerlas visibles a la comunidad. Es preciso encontrar mecanismos para cosechar este saber, gestado en las trincheras de los centros educativos y ponerlo a trabajar en los retos que se nos presentan como país.
            Si enseñar tiene que ver con facilitar procesos de exploración, procesar la información producida y llegar a conclusiones innovadoras para mejorar las condiciones de vida en nuestras sociedades, aprender es la voluntad cómplice de la enseñanza,  deliberada y firme, en la construcción y reconstrucción constante de los propósitos y los medios para concretar dicha aspiración. La vida es el escenario sobre el cual se desarrolla la trama del conocimiento, transformador y transformado, en un ciclo perenne donde aprender, enseñar y vivir, son inseparables.  

No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de su tumba fría,
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavía. 
Antonio Muñoz Feijo
No son los muertos




martes, 15 de mayo de 2012

La fragua



La Fragua

El alma,
como el acero,
al frío y fuego se templan
y la vida es...
mi ejercicio en equilibrio